Rambla verde Vallcarca u okupas(3). El proyecto se paraliza (2015-2017)
En el año 2015, se habían ya realizado una gran parte de los derribos, pero faltaban aún otros más para lograr la prevista Rambla ajardinada.
Para entonces, gran parte del barrio de Vallcarca se había convertido en una zona degradada, con una serie de inmuebles tomados por okupas. Esto ocurrio porque algunos inmuebles fueron tomados por okupas en el momento previo al derribo del edificio, cuando éste se había quedado vacío por el realojo de su propietario.
Recordemos que en el año 2015 llega a la alcaldía de Barcelona la Sra. Colau, con el partido Barcelona En Comú, afín al comunismo. Se establece cierta complicidad entre su equipo de gobierno en el Distrito y los movimientos de izquierda antisistema del barrio de Vallcarca. De ahí que, no por casualidad, los derribos de paralizan.
En el 2017, la realidad era esta:
Para el año 2017, la comparación de la realidad con lo planeado era esta:
Que más en detalle ofrecía este aspecto en su zona más cercana a la Plaza Lesseps:
En definitiva, se derribaron varios edificios, y otros varios quedaron sin derribar. De entre los que quedaron sin derribar, algunos fueron ocupados por miembros de colectivos antisistema.
Así, la zona quedó a medio hacer, con un aspecto degradado.
Las dos zonas a debate
Paralelamente, se establecen dos zonas diferenciadas, cada una con sus protagonistas, intereses y conflictos. Por un lado, la zona donde se iba a establecer la Rambla Verde de Vallcarca (en rojo en el plano adjunto) y la zona donde estaba planeada la construcción de una serie de viviendas (en verde en el plano adjunto).
Podemos establecer una especie de edificios emblemáticos dentro del colectivo antisistema para cada una de estas dos zonas:
Por un lado, la llamada por el colectivo antisistema «La Fustería», en la zona «verde» del plano anterior. El enemigo declarado de este colectivo es la promotora Nuñez y Navarro.
Por el otro lado, la Bodega La Riera, en la zona «roja» en el plano anterior:
También por el lado de las asociaciones tradicionales, defensoras de la Rambla Verde, hubo un triste símbolo, una palmera en lo que se llamó extraoficialmente «La plaza de la palmera». La palmera murió, el Ayuntamiento lo sustituyó un palmito enano, y éste también murio pasados dos o tres años. Me cuentan que la palmera originaria murio entre la desidia del Ayuntamiento y la movilización vecinal, que a la postre fue inutil.